El cáncer de la abuela
Había una vez una abuelita que tenía el cáncer. La abuelita tenía una nieta que se llamaba Marta, tenía 21 años, con el pelo largo y negro, tenía los ojos azules tirando a turquesa y no era muy alta. Un día la abuelita se puso mala, y Marta la llevó al hospital de Terrassa. Marta se estaba sacando la carrera de médico, des de los seis años, pero Marta estaba muy preocupada, entonces decidió llevarla al hospital. Una vez allí, le tomaron la tensión, le hicieron radiografías, le preguntaron si tenía alergia a algo, pero nada de eso daba resultado todavía. Entonces los médicos se fueron tomando el asunto más en serio, la abuela cada vez se iba encontrando peor, así que los médicos decidieron ponerla en una especie de máquina. Al fin salieron los resultados, y Marta estaba muy preocupada por su abuela. Cuando Marta levantó la cabeza hacia arriba vio que su compañero de trabajo, Dani, puso una cara no es que se diga muy buena, le dijo bien serio que, su abuelita, tenía el cáncer de hígado y que como se lo habían detectado tarde, que le quedaba poco de vida. Marta, se quedó en blanco, no sabía cómo reaccionar, de repente, se le empezaron a poner los ojos rojos y empezó a llorar. La abuelita se estuvo 2 semanas en el hospital, y después de muchas revisiones medicas, de muchas radiografías, los médicos descubrieron que se podía curar.
Le hicieron las últimas pruebas para asegurar su alegre respuesta, y después de esa última prueba, dáron por hecho que si que se podía curar. Le dieron la buena noticia a Marta y se puso tan contenta que fue directa a la habitación 115, donde estaba alojada su abuela, y le dio un gran beso.
A las dos semanas siguientes, le dieron el alta a la abuelita, y se pudieron ir del hospital.
